Tercer lugar: “CORONADAS DE GLORIA”
A la tía de Juancito le encanta contar
historias sobre la historia. El otro día cuando fui a jugar con Juancito, nos
sentó a tomar la leche y empezó a contarnos un cuento que decía…
-
Hace mucho tiempo vivía en la ciudad de
Buenos Aires un niño llamado Manuel del Corazón de Jesús Belgrano. Lo que más
le gustaba a Manuel era jugar con sus amigos, pero la otra cosa que también le
gustaba mucho era estudiar. Los padres lo mandaron al colegio Real de San
Carlos, luego Manuel se hizo grande y viajó en barco a España, donde se recibió
de abogado.
Escuchábamos atentos a Beba porque sabíamos
que en algún momento iba a venir alguna parte fuerte en el cuento.
- Manuel no se quedó en España, se vino
rapidito para este lado porque había que ser libres. Participó en la Primera Junta
de gobierno de los criollos y realizó muchas tareas importantes para el
crecimiento de lo que luego sería nuestro país – dijo la tía Beba.
Y con cara de entusiasmo nos miró uno a uno…
-
Lo que más me gusta de esta historia son las
mujeres que coronadas de gloria hicieron historia en la lucha por nuestra Independencia,
como la de Juana de Azurduy, que conformó una caballería de 25 mujeres conocida
como “Las Amazonas” ¿buen nombre no? Fue reconocida por Manuel quien por su
grado de valentía le obsequió su espada y concedió el título de teniente
coronela, porque Manuel en algún momento fue el jefe del Ejército del Norte y
ahí conoció a Juana.
Juancito y yo seguimos atento a la historia
que cada vez se ponía más interesante.
-
O la historia de María Remedios del Valle que
junto a sus dos hijas atendieron a los soldados en la batalla de Ayohúma en
1813, dándoles agua, curándolos o incluso combatiendo a los soldados españoles,
le pusieron un apodo “Madre de la Patria” y Belgrano la nombró Capitana.
Mirando el reloj Beba exclamó - Bueno chicos
esto ha sido todo por hoy-. Pero Juancito y yo teníamos ganas de escuchar un
poco más.
-
¡Por favor tía un poquito más! – dijimos a
coro.
Poniendo la pava en la hornalla nos dijo -
¡Bueno está bien, un poquito más!! – y sentada
en su silla de mimbre en su gran comedor la tía Beba siguió contando…
-
Otra mujer que luchó fue Doña Martina Silva
de Gurruchaga, que a su corta edad formó un pelotón de soldados con peones y
gauchos a los que montó a caballo, instruyó y vistió de poncho azul. Su audacia
y valentía ayudó a triunfar en la famosa Batalla de Salta, fue entonces que
Manuel Belgrano la nombró Capitana Honoraria del Ejército.
Hace una pausa la tía Beba, pensando en otra
historia y Juancito exclama:
-
¡Beba se le está hirviendo el agua!
-
¿Bueno chicos tomamos un tecito?
Autora:
Ayelén Aranda.
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